Los doctores utilizan la invención de Dios
Durante miles de años, el hombre ha aplicado una variedad inmensa de cosas a su piel para ayudarle a sanar heridas. Por medio de la prueba y el error, ha inventado ungüentos que mantienen a la piel lastimada húmeda para asistir con el proceso natural de sanidad. Eventualmente se añadieron antibióticos a estos ungüentos. Pero hasta recientemente nadie ha podido realmente incrementar el ritmo en el cual la piel se sana naturalmente.
Eso ahora ha cambiado. El factor de crecimiento epidérmico es uno de los químicos que Dios creó para mantener al cuerpo trabajando en orden. Las investigaciones han aprendido como copiar el químico responsable y exámenes han demostrado que la aplicación del factor de crecimiento epidérmico hecho por los hombres puede acelerar el ritmo en el cual las heridas se sanan. Los estudios han demostrado que las heridas sobre las cuales el factor de crecimiento epidérmico es utilizado sanan alrededor de un día y medio más rápido de lo normal. Esto no podría sonar como mucho, pero cuando las víctimas de quemaduras necesitan transplantes de piel, el factor de crecimiento epidérmico podría significar la diferencia entre la vida o muerte.
Con este conocimiento de la química de biología, uno naturalmente podría asumir que el hombre debería poder desarrollar mejores agentes de curación que el proceso atolondrado de la evolución. Pero por supuesto, el hombre no está emulando un proceso atolondrado de evolución sino el trabajo del Dios Creador mismo. El Creador del factor de crecimiento epidérmico natural tuvo la sabiduría original de diseñarlo e incluirlo en nuestra fisiología.