Génesis 1:28

“Los bendijo Dios y les dijo: “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla; ejerced potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y todas las bestias que se mueven sobre la tierra”.

En Génesis 1:28 Dios dice al hombre que someta la tierra.  Este mandato implica que Él ha puesto dentro de su creación herramientas y conocimiento que el hombre puede aprender y utilizar para su propio beneficio.

Después que el pecado entró al mundo y la enfermedad y la muerte se hicieron una realidad, la notable omnisciencia de Dios se hizo evidente.  Uno de los primeros antibióticos que se haya descubierto por el hombre ha sido usado durante miles de años.  Los investigadores modernos recién están empezando a apreciar la maravilla de este antibiótico natural que mata alrededor de 650 diferentes tipos de organismos de enfermedad.  Es prácticamente no tóxico.  Y sobre todo, los organismos de enfermedad no se hacen resistentes a él.

¿Cuál es este antibiótico milagroso?  La plata.  Los antiguos griegos y romanos usaron envases de plata para mantener frescos los líquidos.  Colonizadores norteamericanos a menudo ponían un dólar de plata en la leche para demorar su proceso de agriura.  La mayoría de las aerolíneas usan filtros de plata en los aviones para prevenir la disentería.  Luego de probar 23 diferentes métodos de purificar el agua, la NASA escogió los filtros de agua de plata para usar a bordo de los trasbordadores espaciales.  Investigadores japoneses han encontrado que la plata inclusive puede desintoxicar algunos venenos.

El conocimiento de Dios está mucho más allá que el nuestro.  Él ha escondido en la creación a nuestro alrededor conocimiento que puede ayudarnos en esta vida terrenal.  Él nos invita a aprender de Él.  El ha “escondido” más conocimiento, conocimiento que nos puede ayudar aquí y en la eternidad, en la Biblia.  ¡Cómo podría alguien estar satisfecho con lo poco que sabemos acerca de Su gran mente!

Oración: Estoy lleno de asombro, amado Señor, por Tu gran mente. Pero estoy aún más sobrecogido por Tu amor por mí en Tu inocente sufrimiento y muerte en la cruz por mis pecados. ¡Gracias! Ayuda a que mi apreciación por este regalo crezca siempre! Amén.

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