Salmos 147:4
“Él cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres”.

Nuestro sistema solar tiene una estructura agradable y ordenada.  Todos los planetas tienen órbitas relativamente estables y redondas.  Esta estructura protege la Tierra de ser golpeada por otro planeta grande.  Las teorías evolucionistas acerca del origen del sistema solar siempre han dicho que se formó en su actual estructura ordenada de un remolino de gases calientes que alguna vez orbitaron alrededor del sol.

Solar System StructureHoy en día, con el descubrimiento de los planetas orbitando otras estrellas, los astronautas están reconsiderando sus teorías acerca de cómo el sistema solar se formó.  El problema es que ninguno de los otros sistemas planetarios tiene ninguna estructura ordenada y todos los otros planetas hasta ahora descubiertos están más cerca de sus estrellas que nosotros al sol.  La más fresca entre ellas tiene una temperatura de superficie de 180 ° F (82° C).  La mayoría de estos planetas tienen órbitas tan erráticas que las  colisiones con otros planetas siempre son una amenaza.  Así que, los astrónomos se preguntan, ¿Cómo se hizo nuestro sistema solar tan bien ordenado para la vida?  Argumentan que los grandes planetas helados, Urano y Neptuno, son demasiado grandes para haberse formado al filo del sistema solar.  Así que se concluye que se deben haber formado más cerca del sol, lo cual significa que el sistema solar era una vez tan caótico como el sistema planetario recientemente descubierto.

Sin embargo, este nuevo acercamiento evolucionista introduce otro problema: ¿Cómo pudo nuestro presente, sistema solar ordenado haberse desarrollado del caos de un sistema en el cual los planetas se estaban chocando como bolas de billar?  La Biblia todavía ofrece la mejor respuesta.  El sistema solar fue diseñado y creado para nosotros por un Dios sabio y amoroso.

Prayer:
Yo me regocijo, Amado Padre, porque el poder que Tú me das es Tu amor. Amén.

Notes:
Discover, 3/00, p. 54, “Solar Revisionism.” Photo: Artist’s concept of a protoplanetary disk. Courtesy: NASA.

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